RECETAS POR PUNTOS
No comer proteínas ni hidratos de carbono pasadas las 19:00 horas.
Para que la digestión sea completa, es conveniente esperar tres horas entre comida y comida.
Después de la comida, no ingerir lácteos, excepto yogures bio, ya que son compatibles con cualquier otro alimento de la tabla.
No tomar bebidas gaseosas ni zumos mientras se come o se esté proceso de digestión. En lugar de eso, es conveniente beber agua.
Si se utilizan frituras, freírlas con aceite muy caliente y envolverlas en servilletas de papel al sacarlas de la sartén, para que estas absorban la grasa.
Si apetece helado, que sea de un solo sabor, sin azúcares añadidos y no tomarlo con galletas.
No tomar alimentos incompatibles con los ingredientes que acompañen el caldo con el que se sirven.
La sémola de verduras combina con cualquier caldo y es compatible con todo.
Las especias, en cuantías moderadas, se pueden combinar con cualquier otro alimento.
Ingerir un zumo de limón todas las mañanas, en ayunas. Si se desea, se puede mezclar ligeramente con miel natural.
La cena que menos calorías aporta es el pescado o el marisco.
El alcohol engorda y no aporta nutrientes de calidad; evítalo.
Una manera más de aprender a combinar los alimentos es a través de una división por grupos de los alimentos que propone el mismo autor:
Grupo A: Proteínas. Carnes, aves, queso, huevos, pescado, soya, yogurt.
Grupo B: Productos neutrales. Verduras, alimentos verdes, ensaladas, frutos secos, hierbas, aceite de oliva crudo.
Grupo C: Carbohidratos y amidones. Galletas, pan, pasteles, avena, pastas, papa, arroz, azúcares, miel y dulces.
¿Cómo combinarlos?
Puedes mezclar cualquier alimento del grupo A con productos del grupo B.
Se puede combinar los alimentos del grupo C con los del grupo B.
No mezclar alimentos del grupo A con los del grupo C.
Otras consideraciones
Consumir dulce y salado a la vez anula el control del apetito debido a un fenómeno llamado saciedad sensorial específica.
Ten cuidado con los jugos. Los jugos vegetales frescos son permitidos si se consumen con moderación, lo que significa que no debes de tomar más de un vaso tres o cuatro días a la semana.
La fruta de preferencia deben consumirse por separado y dejar pasar un poco de tiempo para comer algún otro alimento.
Otra mala combinación son comer proteínas con proteínas, leche y carne, por ejemplo.
Los ácidos y las grasas con proteínas tampoco es buena mezcla.
Los postres después de las comidas no son buenos, prefiérelos en la merienda.
Una manera más de aprender a combinar los alimentos es a través de una división por grupos de los alimentos que propone el mismo autor:
Grupo A: Proteínas. Carnes, aves, queso, huevos, pescado, soya, yogurt.
Grupo B: Productos neutrales. Verduras, alimentos verdes, ensaladas, frutos secos, hierbas, aceite de oliva crudo.
Grupo C: Carbohidratos y amidones. Galletas, pan, pasteles, avena, pastas, papa, arroz, azúcares, miel y dulces.
¿Cómo combinarlos?
Puedes mezclar cualquier alimento del grupo A con productos del grupo B.
Se puede combinar los alimentos del grupo C con los del grupo B.
No mezclar alimentos del grupo A con los del grupo C.
Otras consideraciones
Consumir dulce y salado a la vez anula el control del apetito debido a un fenómeno llamado saciedad sensorial específica.
Ten cuidado con los jugos. Los jugos vegetales frescos son permitidos si se consumen con moderación, lo que significa que no debes de tomar más de un vaso tres o cuatro días a la semana.
La fruta de preferencia deben consumirse por separado y dejar pasar un poco de tiempo para comer algún otro alimento.
Otra mala combinación son comer proteínas con proteínas, leche y carne, por ejemplo.
Los ácidos y las grasas con proteínas tampoco es buena mezcla.
Los postres después de las comidas no son buenos, prefiérelos en la merienda.
Pautas para combinar los alimentos de forma correcta
Solo comer cuando se tiene hambre.
El cuerpo es muy listo y está preparado para indicarnos qué debemos hacer en cada situación orgánica (defecar, orinar, comer…).
Cuando necesita alimento, nos avisa con la sensación de hambre y es entonces cuando le debemos aportar nutrientes. Si no nos pide, es porque aún está procesando y asimilando los alimentos de la última comida.
Comer cuando no se tiene hambre congestiona el sistema digestivo y el proceso natural de depuración del cuerpo se ve alterado.
Los alimentos concentrados son los que no contienen prácticamente agua, como los almidones y las proteínas.
Los alimentos no concentrados son los que contienen un tanto por ciento elevado de agua, como la fruta madura y los vegetales sin almidón.
Para facilitar la digestión y ahorrar energía, es muy recomendable incluir un solo tipo de alimento concentrado en el plato. Eso nos lleva a la tercera pauta…
No mezclar proteínas y almidones.
Aquí es cuando se rompen los esquemas. Os preguntaréis: “¿Qué pasa con el pollo al horno con patatas, las tostadas integrales con pavo, el sushi de atún, el salmón a la plancha con arroz salvaje? ¿Lo he estado haciendo mal durante años y años?”. Pues siento deciros que sí, pero la clave es saberlo y hacer los cambios a partir de ahora.
Para entenderlo mejor, debemos mirar cómo se digieren estos dos tipos de alimentos.
Las proteínas necesitan un ambiente ácido formado por ácido clorhídrico y las enzimas llamadas proteasas. Por otro lado, los almidones se digieren en un ambiente alcalino y con la presencia de enzimas amilasas.
Si tomamos estos dos alimentos al mismo tiempo, los jugos ácidos y los jugos alcalinos liberados se neutralizarán entre sí y eso hará que el cuerpo deba invertir horas y horas y mucha energía para digerir, y nosotros nos sentiremos más cansados.
Cuanto más rato pasan estos alimentos dentro del estómago a altas temperaturas (37 ºC), más probabilidad hay que se produzcan residuos tóxicos.
El cuerpo no podrá absorber ni aprovechar del todo los nutrientes del alimento y nosotros tendremos gases y la barriga hinchada.
Los vegetales sin almidón se pueden mezclar con todo.
Este grupo combina prácticamente con todo el resto, a excepción de la fruta, que solo se puede mezclar con los vegetales de hoja verde, ya que requieren el mismo tiempo de digestión.
Mezclar almidones diferentes es correcto.
Aunque siempre es más fácil digerir cuando no se mezclan demasiados alimentos, es correcto tomar dos tipos de almidones diferentes.
La mejor opción es mezclar los almidones con vegetales sin almidón como hojas verdes, brócoli, espárragos…
Mezclar proteínas diferentes no es correcto.
Las proteínas son el grupo más difícil de digerir por su compleja diversidad de aminoácidos.
Como el cuerpo necesita mucha energía y rato para digerirlas, no las mezclaremos.
Así que nada de hacer platos mar y montaña… Podemos, sin embargo, mezclar proteínas de origen vegetal diferentes en un mismo plato: frutos secos, semillas y algas, ya que tienen una estructura química más simple.
Las legumbres cuestan de digerir porque tienen tantas proteínas como carbohidratos; por lo tanto, la mejor recomendación es no mezclar diferentes tipos y acompañarlas de vegetales sin almidón.
Mezclar grasas con proteínas o con almidones es correcto si se hace con moderación.
Las grasas combinan bien con todos los grupos, excepto las frutas.De una forma y otra, si ya cuesta digerir la proteína, sobre todo de origen animal, mejor no mezclarla con grasas.
Si hacemos una ensalada con muchos frutos secos y semillas y lo aliñamos con aceite de oliva, podemos tener una digestión más pesada; es más prudente aliñarla con zumo de limón o vinagre de manzana.
La fruta se debe comer sola.
La fruta es el alimento que se digiere más deprisa.En veinte o treinta minutos ya está fuera del estómago.
Imaginad que coméis fruta de postre después de una comida llena de proteínas y almidones: los azúcares de la fruta quedarían retenidos a altas temperaturas mientras esperan ser digeridos, pero acabarían fermentando y acidificando el resto de los alimentos.
Si queréis comer fruta antes de las comidas, lo debéis hacer entre media hora y una hora antes de tomar nada más.
El único grupo de alimentos que combina bien con la fruta son los vegetales de hoja verde. Esta explosiva combinación es la base principal de los zumos verdes.-
Podemos mezclar las frutas subácidas con las ácidas o con las dulces, pero nunca frutas dulces con ácidas.
Los melones se deben comer solos, ya que, de todas las frutas, son las que requieren menos tiempo de digestión.
Combinar melones con otras frutas podría frenar el proceso.
Los líquidos fuera de las comidas.
Hay que evitar tomar líquidos durante las comidas para no diluir los jugos gástricos ni las enzimas necesarias para hacer el proceso de la digestión. Podemos beber entre un cuarto y media hora antes y dos o tres horas después de comer.
Tomar pequeños chupitos de té caliente (como el de jengibre) o de una bebida probiótica, como la kombucha, durante las comidas puede mejorar la digestión.
¿Qué alimentos que no se deben combinar?
Las espinacas y el queso.
Las espinacas contienen una sustancias llamadas oxalatos, las cuales impiden que el organismo absorba de manera correcta el calcio, por esta razón no es conveniente mezclar las espinacas con el queso y con otros lácteos.
Los cereales, y todos los alimentos que contienen magnesio, jamás se deben combinar con los refrescos, puesto que los refrescos contienen fosfatos, los cuales impiden que el magnesio se absorba de manera correcta.
Los hidratos de carbono, féculas y alimentos ácidos.
Tanto los hidratos de carbono como las féculas comienzan la digestión en la boca, para lo cual necesitan una correcta masticación y un medio alcalino;los alimentos ácidos hacen que el proceso de la digestión sea muy lento, por lo tanto no es recomendable añadir tomate a la pasta o al arroz,por ejemplo.
No mezclar frutas dulces con ácidas.
Las frutas dulces no son compatibles con las frutas ácidas, cuando las combinamos se producen reacciones químicas que pueden perjudicar el normal comportamiento del organismo.
Las salsas en las comidas.
Por lo general todas las salsas son una gran fuente de grasas, las cuales hacen que la digestión se vuelva demasiado lenta, esto sucede porque neutralizan las enzimas de los jugos gástricos, lo cual impide que puedan realizar su función de la manera correcta. Se recomienda reducir al máximo su consumo.
Como se puede observar, es muy sencillo aprender a combinar correctamente los alimentos, sólo hay que tenerlo en cuenta al momento de prepararlos y de servirlos, ya que de este modo nos vamos a evitar muchas complicaciones de salud.
Los tipos de alimentos.
Los alimentos los podemos distribuir en tres tipos básicamente:
Los vegetales. Este grupo está compuesto por frutas y verduras.
Las proteínas. Suelen ser de origen animal, y en este grupo se incluyen carnes y pescados, así como los lácteos.
Los hidratos de carbono. Lo forman las pastas, arroces, harinas, féculas y legumbres.
La combinación de los alimentos.
La dieta de alimentos disociados se basa en combinar una serie de alimentos que aunque se ingieran en cantidad, el resultado final es que hacen perder peso. Para esto hay que seguir varias reglas:
Regla 1: Nunca se deben mezclar en una misma comida proteínas de distinto origen. Por ejemplo no podemos comer carne y pescado o ni siquiera carne de cerdo y ternera. Hay que elegir en una comida una proteína de un único origen.
Regla 2: Nunca se deben mezclar en una misma comida hidratos de carbono de distinto origen, por ejemplo pasta y arroz.
Regla 3: Nunca se deben mezclar en una misma comida proteínas e hidratos de carbono, por ejemplo pasta y carne, o arroz y pescado.
Regla 4: Los vegetales siempre deben de formar parte de la comida o cena, y son alimentos comodín. Es decir, el primer plato siempre será una verdura, y el postre será fruta con la excepción de la sandía y el melón, que deben tomarse solos.
1. Carbohidratos y cítricos no.
Esto significa que todos los almidones y vegetales con almidón no se deben comer con vinagre, limones, limas, piñas, tomates, o cualquier fruta ácida. De acuerdo con la combinación de alimentos, la enzima ptialina, que se encuentra en la saliva y digiere los carbohidratos, actúa mejor en un ambiente alcalino. El ácido en el vinagre y frutas ácidas inhibe la primera etapa de la digestión de los carbohidratos, la que ocurre mientras estás masticando.
2. Proteínas y frutas ácidas: tampoco.
Las frutas ácidas tampoco deben ser comidas con proteínas, que se definen como cualquier alimento que sea al menos 15% de proteína. No sólo se inhibe la encima ptialina, sino que también detiene el flujo de los jugos gástricos. La pepsina y el ácido clorhídrico son necesarios para descomponer las proteínas, pero estos jugos digestivos dejan de fluir cuando comes una fruta ácida. Como resultado, cualquier proteína que consumas con frutas ácidas no se descompone de manera apropiada, causando problemas gastrointestinales y, la mala absorción de proteínas.
3. Proteínas y carbohidratos concentrados tampoco van juntos.
Definamos un carbohidrato como cualquier alimento que tiene 20 por ciento o más de carbohidratos. Esto significa que comer carne y patatas está fuera de los límites. Las proteínas y los carbohidratos requieren un pH diferente para ser digeridos, con las proteínas que necesitan un entorno ligeramente más ácido. La combinación de proteínas y carbohidratos, detiene la digestión de ambos porque el pH en el estómago ya no es adecuado una vez que se combinan. Por eso los frijoles son tan difíciles de digerir. Son 25% de proteína y 50 % de carbohidratos.
4. No comas dos proteínas concentradas en la misma comida
Son el macronutriente más difícil de digerir. Lo mejor es comer sólo una proteína concentrada a la vez. Esto significa que un desayuno de huevos revueltos y tocino no es una muy buena idea si quieres tener unadigestión óptima.
5. No proteínas con grasas.
La grasa disminuye la producción de la pepsina jugos gástricos y ácido clorhídrico necesario para digerir proteínas. Cuando se come grasas con proteínas, la proteína será completamente digerida. ¿Con qué si puedes combinar las proteínas? Con cualquier vegetal sin almidón. De hecho, las verduras sin almidón, pueden comerse con cualquier grupo de alimentos, en especial con los vegetales de hoja verde.
6. Almidones y azúcares no van bien.
Los azúcares simples en forma de frutas, miel, jarabe, melaza, azúcar, jaleas y no se combinan bien con los alimentos ricos en almidón. Esta es una regla especialmente decepcionante, ya que elimina la mayoría de los productos horneados. El razonamiento detrás de esta regla es que el azúcar evita que entren ptialina de la saliva. Recuerda que se necesita ptialina para descomponer los carbohidratos. Además, los azúcares simples digieren muy rápidamente y es probable que fermenten los carbohidratos a la espera de ser procesados en el estómago. Como resultado, puedes experimentar gases desagradables.
7. Algunos alimentos son mejores solos.
Como las frutas. Se digieren muy rápidamente, y la digestión es mucho mejor cuando éstas se consumen solas. Puedes combinarlas en un batido de color verde, sin embargo, deja aparte los melones, porque son una fruta que realmente tiene que ser comido solo. También es mejor comer productos lácteos por sí mismos. Esto se debe a que la leche inhibe el flujo de jugos gástricos, tal vez por qué es calmante para un estómago con gastritis.
1.- Un vaso de jugo de naranja diario aumenta al doble (o más) el hierro en el cuerpo.
2.- Verter media cucharadita de canela en el café, siquiera una vez al día mantiene bajo el colesterol y estables los niveles de azúcar en la sangre.
3.- El pan integral tiene casi cuatro veces más fibra, tres veces más zinc y casi dos veces el hierro del pan blanco. Además, los que comen pan blanco aumentan medio centímetro de cintura por año, dicen las estadísticas. Ah!, y cómanse las cortezas, que contienen ocho veces más pronylysina, que anima a las enzimas a combatir el cáncer del colon.
4.- Mastique los vegetales durante mucho más tiempo. Esto aumenta la cantidad de químicos anti cancerígenos liberados en el cuerpo. El masticar libera sinigrina. Y cuánto menos se cocinen los vegetales mejor efecto preventivo tienen.
5.- El futuro es la naranja. Reduce el riesgo de cáncer de pulmón. Quienes las comen habitualmente tienen 30% menos posibilidad de contraer la enfermedad. Mejor aún: tome jugo de mandarina y cómase cada vez aunque sea un pedacito de cáscara.
6.- Coma tan colorido como el arco iris. Si come una variedad de rojo, naranja, amarillo, verde, púrpura y blanco en frutas y vegetales, tendrá la mejor mezcla de antioxidantes vitaminas y minerales que existe.
7.- Limpie regularmente su cepillo de dientes. El contacto de los gérmenes en el vasito de los cepillos puede ser fatal. Los cepillos por si mismos pueden esparcir gripes y resfriados. Hay que limpiarlos cuatro veces a la semana, sobre todo después de enfermedades, y mantenerlos separados de otros cepillos.
8.- Haga rompecabezas, crucigramas o sudokus, o aprenda un idioma, alguna habilidad nueva o lea un libro y memorice párrafos. Estimular su mente lo anima a formar nuevos caminos mentales y fortifica la memoria. Una persona de 50 años activa mentalmente tiene mejor memoria que una persona de la mitad de su edad que no la ejercita.
9.- Las personas que mastican chicle tienen más posibilidad de sufrir arteriosclerosis, pues se hacen mas estrechos los vasos sanguíneos, lo cual precede a ataques del corazón.
10.- Ríase. 100 a 200 carcajadas equivalen a 10 minutos de jogging. Baja el estrés y despierta células naturales de defensa y muchos anticuerpos.
11.- No pele con anticipación los vegetales o frutas, éstos se deben cortar y pelar justo antes de que se los quiera comer. Preparar comida fresca con poca anticipación aumenta niveles de nutrientes contra el cáncer.
12.- Llame por teléfono a su madre, a familiares o a amigos, si los tiene lejos. El 90% de las personas que no mantienen cercanía afectiva con sus seres queridos, desarrollaban alta presión, alcoholismo o enfermedades cardiacas en edad temprana.
13.- Disfrute de una taza de té. El té común contiene menos niveles de antioxidantes que el té verde. Con beber tan solo una taza diaria de té verde se disminuye el riesgo de enfermedades coronarias. Beber té también aumenta la vida luego de ataques al corazón.
14.- Busque una mascota. Las personas que no tienen animales domésticos tienen más estrés y visitan más al doctor que los otros. Las mascotas lo hacen sentir a uno optimista y relajado, y eso baja la tensión en la sangre. Los perros son mejores, pero aun los peces dorados funcionan bien para este propósito.
15.- Póngale tomate al sándwich. O tenga un vaso de jugo de tomate a mano, o póngale salsa de tomate a las tostadas. Una porción de tomate por día baja un 30% el riesgo de enfermedades coronarias.
16.- Reorganice la nevera. Las verduras en cualquier lugar de su nevera pierden sustancias nutritivas debido a que la luz artificial del equipo destruye los flavonoides de los vegetales, sustancias que combaten el cáncer. Por eso es mejor usar los cajones de abajo.
17.- Coma como pajarito. Por ejemplo: la semilla de girasol y las semillas de 'sésamo' en las ensaladas y cereales son nutrientes y antioxidantes naturales. Y comer nueces entre horas reduce el riesgo de diabetes.
18.- Coma chocolate. Dos barras por semana extienden un año de vida. El chocolate amargo es fuente de hierro, magnesio y potasio.
19.- Piense positivamente.. La gente optimista puede vivir hasta 12 años más y mejor que los negativos, a quienes además les da gripe mucho más fácilmente.
20.- Vuélvase espiritual. Los verdaderos creyentes y aquellos que priorizan el 'ser' sobre el 'tener', tienen 35% más probabilidad de vivir mejor y mas tiempo.